Accidentes Un accidente ya es una cosa seria. El grupo en el que se ha producido no tiene capacidad para resolverlo por sí mismo y ha de recurrir a la solicitud de ayuda. Se trata de heridas graves, traumatismos, pérdidas de conciencia, etc. Ante ello también debemos tener claro qué es lo que hay que hacer y lo que no. Quizás lo más fundamental y también lo más difícil sea no perder la calma e intentar hacer las cosas de manera que no se empeore la situación. Conviene no olvidar que en estos casos suelen producirse accidentes en cadena que hacen que la situación sea mucho más difícil. Una vez conseguida la necesaria calma, es importante no mover al herido salvo que este esté bajo la acción del agua (en una cascada o sumergido) o que se encuentre colgando de una cuerda. En estos casos, y aunque es posible que se empeore su situación inicial, es necesario moverlo: una pérdida de calor debido a la hidrocución terminaría en la muerte del accidentado; por otra parte, los estudios sobre el conocido como 'síndrome del arnés' establecen que si alguien está inconsciente colgando de una cuerda durante un periodo superior a los veinte minutos, morirá. Por tanto, en estos dos casos habrá que mover irremediablemente al herido. No vamos a hacer aquí un minimanual de Primeros Auxilios porque sería muy arriesgado dar una información que pudiera ser errónea y que por culpa de ello se empeore la situación de un herido, pero sí señalar que en la medida de lo posible seamos capaces de situarle en un lugar seco, aislado del suelo y protegido por un vivac construido con las mantas térmicas que todos debiéramos llevar siempre. Ni que decir tiene que la ubicación del herido no debiera estar nunca en la base de un pozo. Cuando se produce un accidente de estas características es fundamental que alguien que conozca la cavidad y la aproximación a la misma salga cuanto antes para dar la voz de alarma. Es usual que la boca se encuentre en un lugar sin cobertura y será necesario andar en ocasiones hasta varios kilómetros para poder efectuar la llamada. A la hora de avisar será conveniente aportar los siguientes datos:
Desde luego, salvo en el caso de que el equipo en el que se produzca el accidente sea de dos personas, nunca se debiera dejar solo al herido. Hasta que lleguen los miembros de los Grupos de Socorro es fácil que pasen varias horas. Por ello será fundamental asistirle lo mejor que se pueda e infundirle el ánimo suficiente para que no se venga abajo. Salvo que preveamos lesiones internas, podemos darle algo caliente de beber. También es importante desde el principio, empezar a racionar el carburo. Si a la situación de dolor del herido le sumamos la oscuridad total, la angustia puede jugarnos bastantes malas pasadas. El Grupo de Espeleosocorro de la Federación Madrileña de Espeleología tiene establecido el siguiente protocolo de llamadas en caso de necesidad:
Para los espeleólogos de la Federación Madrileña de Espeleología, es importante saber que la Comisión de Espeleosocorro tiene en la actualidad firmado un convenio de intervención con la Dirección General de Protección Ciudadana Madrid 112, y que en accidentes ocurridos fuera de la Comunidad de Madrid, esta actuaría como intermediaria para que se pudiese movilizar nuestro grupo. En todo caso, el protocolo de movilización de la FME indica que se sea requerido o no, se acudirá al lugar del accidente para ponerse a disposición de las autoridades. En caso de no ser necesarios para la intervención, el Grupo de Espeleosocorro de la FME velará por el buen desarrollo de las actividades de rescate.
Lógicamente, si perteneces a otra Federación Territorial deberás ponerte en contacto con su dispositivo de socorro. |
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