Sima de la Basílica
Se toma la carretera que parte desde Santa María de las Hoyas a San Leonardo de Yagüe. En el PK 7'9 sale un camino a la derecha que tras pasar un gran bache en su comienzo no está mal del todo. La Sima de la Basílica se encuentra junto al camino principal que atraviesa esta zona (camino semiempedrado) a 5 m. a la izquierda del camino. Se ve claramente desde el coche y justo al lado de la sima, a unos 20 m., se puede aparcar. La entrada es un P12 que se ancla con un anclaje natural en un árbol. Al inicio de la vertical hay colocado un spit, cuando menos, que instalamos nosotros al no encontrar otro por allí (aunque imaginamos que no lo debimos encontrar debido al musgo de la roca) para hacer un fraccionamiento en la cabecera del pozo, ya que si no la cuerda sufre mucho. Pero es más que posible que el que pusimos también llegue a encontrarse tapado por la vegetación y no se pueda encontrar. En la base del pozo se puede realizar un fraccionamiento, ya que este es continuado con una rampa muy pronunciada, al final de la cual había, en las primeras exploraciones, gran cantidad de desperdicios y de animales muertos, con un desnivel mayor de 45º y que conviene instalar con cuerda fija. Aproximadamente a unos 15 m. se encuentra una pequeña vertical donde se ubica un spit para realizar un fraccionamiento. De esta forma, y siguiendo en línea recta, se llega a una sala circular en la cual hay que tener mucho cuidado en la bajada. Según estamos situados haciendo el rapel, es decir, de cara a la pared, a la derecha se puede encontrar un spit para realizar un fraccionamiento que nos facilitará la bajada de un pequeña vertical de unos 2'5 metros. De no hacerlo así, puesto que esta vertical se encuentra a la izquierda según bajamos, es fácil desequilibrarse y realizar un péndulo bastante considerable debido a la ubicación del fraccionamiento anterior. Colocando este fraccionamiento se puede bajar sin dificultad la vertical. Al pie de esta podemos encontrar 2 spit para montar otra cabecera, y desde ahí la sima se divide en dos galerías. Si tomamos la de la derecha según nos colocamos de espalda a la pared, bajamos una fuerte pendiente repleta de rocas de derrubio, muy inestable. El fondo se colapsa y tiene bastante poco interés. Posiblemente, la descomposición de los materiales orgánicos que hay en toda la cavidad hacen que se acumule en el fondo un alto nivel de CO2 , más pesado que el oxígeno, lo que genera mucha fatiga, dificulta la respiración e impide el encendido de los mecheros. De bajar a esta zona, convendría no pasar mucho tiempo en ella. Algunos lugareños nos comentaron la existencia de algunas bolsas de gas en el subsuelo, lo que generaría un presión ascendente en la zona que no dejaría bajar suficientemente el oxígeno, pero a nosotros nos parece más plausible la primera interpretación. Desde la separación de las dos galerías, tomamos ahora la de la izquierda, también en fuerte pendiente y que podemos bajar rapelando debido a su dificultad. Poco a poco la galería descendente va girando a nuestra izquierda según miramos la pared y podemos encontrar, a la derecha, una estalagmita de dimensiones suficientes como para montar en ella un desviador. Al final del descenso tenemos una colada vertical de unos 2'5-3 m. de profundidad. Desde ese punto hay dos posibilidades: Una de ellas es continuar, entre bloques, por un piso inferior profusamente adornado y con una formación parecida a la cúpula de una basílica, de donde le viene el nombre a la cavidad. En su interior se encuentra un gran gour al que no es posible acceder, pero que se puede contemplar a través de las grietas que tienen las banderas que forman la base de la cúpula. Al fondo, tras pasar otro gour, se descubren en la parte alta dos chimeneas, una a la izquierda y otra a la derecha que conectan con el piso superior, pero de muy difícil trepada debido a lo resbaladizo de la roca. Llegar hasta aquí supone entrar en un lugar de una gran belleza que hace que recorrer la cavidad merezca la pena. El otro camino sube, desde los mismos bloques por donde habíamos accedido al piso inferior, al piso superior, con una subida delicada pero no muy difícil. El piso se desarrolla entre formaciones y en rampa en su parte final, llegando a una chimenea de arena, muy resbaladiza, por la que es difícil el acceso. Tanto en el piso inferior como en el superior, hay dificultad para encender los mecheros, pero de vez en cuando funcionan. Esto junto con una mejor respiración, hacen suponer una mayor presencia de oxígeno que en la otra galería, pero no en niveles muy altos. Toda la cavidad presenta numerosas formaciones estalagmíticas sin romper, salvo las que se presentan a ras de suelo que obviamente se han roto por la rodada de alguna piedra. Debido a los bajos niveles de oxígeno, la subida se hace muy fatigosa, aunque técnicamente no es complicada, destacando el último tramo de la ascensión del P12 al acabar el volado y llegar a la pared. Ficha Técnica:
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