Cueva del Río
Desde Aylagas, justo antes de entrar en el pueblo, cogemos una pista forestal claramente marcada ( X: 498.912; Y: 4.619.218 ). Una vez situados a la izquierda del pueblo cogemos otra pista que sube en dirección norte y que se sitúa al oeste de la que se ha de tomar para ir a la sima de las Majadas( X: 499.119; Y 4.619.319 ) . A unos 300 m del pueblo se toma a la derecha un cruce ( X: 498.979; Y: 4.619.412 ) y se continúa por esta pista, en muy buenas condiciones, que sube hasta coronar un pequeño monte. Poco después de hacerse más estrecha, y a unos 1'8 Km del pueblo, se abandona esta pista para seguir a la izquierda por otra muy poco marcada y descendente( X: 498.928; Y: 4.620.649 ), lugar en el que encontramos una pequeña explanada en la que se pueden dejar los coches( X: 498.888; Y: 4.620.932 ). Continuando el descenso por el mismo camino, unos 300 m después se toma otro a la izquierda, que se sigue por espacio de 400 m hasta hacerse impracticable, próximo a un poste del tendido eléctrico( X: 498.756; Y: 4.621.049 ). Desde ese punto se baja a pie por la ladera, desviándose ligeramente a la izquierda, para alcanzar una antigua pista de saca de madera( X: 498.627; Y: 4.621.002 ), que se inicia también en la pista que se toma desde el pueblo (a unos 1'5 Km), en la cabecera del barranco. Llegados a esta pista la tomamos en dirección descendente, a la derecha, y unos 50 m más adelante, antes de llegar al Río Chico, a la izquierda y bien visible, se halla la boca de entrada a la cueva. Esta cueva se descubrió en 1985 junto con la de Gallubas siendo topografiada en Enero de 1986 La entrada se hace impresionante por las dimensiones de la torca, pero su acceso no es en absoluto complicado. En la parte Sureste de la torca se encuentra una gran rampa en cuya parte más alta destacan tres árboles donde se puede instalar la cabecera. Descolgándose en rapel por la rampa, se llega al principio de la pared vertical. Justo al principio de ella se encuentran cuatro spits donde es posible colocar dos fraccionamientos para poder instalar dos cuerdas y agilizar la bajada y la subida (¡ojo!: de los cuatro sólo dos están utilizable, los que están más a la izquierda de ellos). La bajada nos llevará a la parte más alta del cono de derrubios tras ocho metros, aproximadamente, de vertical. Se trata de una cavidad muy interesante, con galerías de gran porte, de desarrollo N-S, que se ha abierto al exterior gracias al hundimiento del techo de la galería, dando lugar a esta gran torca de unos 67 m de perímetro. En su fondo se abre un boquete rectangular (10x8 m y 8 m de profundidad) bajo el que se sitúa el cono de derrubios. Desde el exterior la luz penetra en el interior alumbrando en parte a una galería en forma de cañón que alcanza unos 15 m de altura y los 12 de anchura. Hacia el sur bajamos a una base plana donde nos encontramos con una pared que divide en dos la galería, pero que nos llevan al mismo sitio. Para pasar por la de la derecha hay que hacer un trepada para luego volver a bajar un poco más adelante. La galería continúa por una rampa ascendente, en la que nos encontramos un pequeño pozo de 2'5 m., y por unos escarpes se alcanza una salita que se sitúa por encima del nivel de entrada, donde una gran colada marca el término de la galería. A mano derecha hay una pequeña gatera donde es posible revolcarse bien en el barro (y de esto podemos dar buena fe). A lo largo del techo de esta zona pueden verse cúpulas de disolución y morfologías que indican que se trata del techo del conducto freático original, de una belleza sorprendente. Bajando la rampa hacia el norte, desde el pozo de entrada, se accede a una sala de forma aplanada con grandes bloques en su fondo. De ella parten varias galerías. La que sigue en dirección norte, pasa por la Sala del Esperanto. Las marcas de agua nos dan idea de que en determinadas épocas del año esta galería puede encontrarse sifonada. A la Sala del Esperanto la sigue un meandro desfondado muy embarrado, al final de la cual, justo en el codo de la última curva, y por una corta trepada, se puede ascender a un nivel superior, del que parte una galería cuyas dimensiones son más reducidas que la precedente. Aquí hay que tener cuidado porque hay cantidad de pequeños guijarros que pueden caer al piso inferior al pisarlos. De esta forma se llega a la Galería del Pensamiento, donde se pueden ver algunas concreciones, y más adelante a la Sala de los Zuecos Gigantes, caracterizada por su gran barrizal. De ella salen pequeñas gateras que acaban por cegarse. El resto de los ramales que parten de la sala principal son de grandes dimensiones, apareciendo el conducto inicial que lleva a ellos, cubierto de grandes y en ocasiones resbaladizos bloques. Es de destacar la Sala Chula, de unos 12'2 m., por ser donde encontraremos más formaciones en la cavidad (columnas, coladas, y algún que otro pequeño gour). El Colector es una galería de 21 m que se estrecha a su mitad llegando a 30 cm. de altura y que de modo temporal puede ser recorrida por un aporte de agua. Hay otras dos galerías más. Una parte justamente de enfrente de la torca y consiste en una galería ascendente de unos 16'3 m. con un pequeño pozo en su final. La otra es una galería a la que le corta otra pequeña y transversal, en la que en uno de sus extremos existe un pequeño paso que va a dar a una chimenea que se hace impenetrable.
Mapa de la Cueva del Río: Para navegar con GPS:
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