Sorbas (Almería)

Sima de la Solana

     
   
     

La Sima de la Solana es una pequeña oquedad del terreno en el Cerro de la Oliva, en la parte alta, cerca de la casa del Canal de Isabel II, no muy lejos de la salida artificial del Reguerillo (X: 3º26' 40.1''; Y: 40º 53' 07.2''; Z: 820 m.). Tiene 16 m. totales de profundidad y nosotros la hemos utilizado para realizar cursillos de iniciación de ascenso y descenso de verticales. Para llegar a ella, se toma desde Patones de Abajo la carretera que lleva al Pantano del Atazar hasta llegar a un alto, tras pasar sobre los tubos gordos del canal de Isabel II, donde parte a la derecha un camino medio asfaltado del propio Canal (Recordad que el paso está prohibido y si entras con el coche es fácil que te multen). Pasando por delante de la entrada natural de la Cueva del Reguerillo, seguimos por la pista medio asfaltada e iniciamos una subida en la que dejamos a la izquierda una caseta también del canal, y continuando hasta su final alcanzamos una pequeña rotonda. Desde ella, hacia la derecha según llegamos, en el borde de la ladera, miramos hacia abajo tomando como referencia un chaparro. En esa dirección, a unos 100 m., entre unas piedras se abre la grieta que da acceso a la sima.

La entrada se realiza en un plano inclinado que antes de llegar al final abre una pequeña gatera a la derecha siguiendo una diaclasa que se desfonda en un P9. Si seguimos por la misma pendiente hasta el final llegamos a un P12. Tanto a la izquierda como a la derecha hay spits para montar fraccionamientos.

Una vez en la base del pozo, la sima se divide en dos ramales. El de la izquierda según miramos la pared de bajada, nos lleva a una pequeña sala en descenso, a donde llega el otro pozo. Si nos dirigimos hacia la derecha, accedemos a una zona en la que se están realizando trabajos de desobstrucción de conductos colmatados por arcilla.

El verdadero interés de esta cavidad para nosotros ha sido, como señalábamos antes, hacer prácticas de iniciación en una realidad que ya no es una pared en la Cuesta de la Vega, en Madrid, sino en una cavidad. Posibilita, además, hacer prácticas de autosocorro, ya que se trata de un hueco que ofrece facilidades para inicarse.

Por lo demás, tiene bastante poco interés.

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