Es preciso colocar un apartado especial con el objeto de reconocer la importancia que el registro fotográfico ha tenido en nuestro trabajo. Sobre todo, porque es fundamental a la hora de poder realizar las memorias en transcursos de tiempo tan largos.

Empezamos, como no, con fotografías en papel. Utilizábamos una Zenit X-12 que nos daba bastante buen resultado y que nos acompañaba en todo momento. Con ella realizamos bastantes de las fotos del año 2000, 2003 y 2005.

Pero poco a poco se nos ha ido imponiendo también la tecnología digital. Hemos utilizados los distintos modelos de los que hemos podido disponer (DS5MP, DigimaxV4, Digimax S1000, Olympus E-500, DSC-S650 y la Canon PowerShot Pro1).

Hay mucho que agradecer a todos los que se han dedicado a realizar las fotos con la calidad que se ha conseguido. Pero especialmente es de agradecer en dos casos: uno, el de Dolores, cuya calidad fotográfica es encomiable, y que ha sido de una ayuda fundamental a la hora de realizar las memorias; y otro, el de Nati, que en medio de las más diversas tareas, colgada de una cuerda o descendiendo un pozo, ha sido capaz de acordarse de sacar la cámara y fotografiar el momento.

La pena es que siempre las prisas nos han podido, y en la fotografía subterránea no ha habido ocasiones para poder realizar buenas fotos. Unas veces porque las baterías de las cámaras quedaban al límite; otras porque no habíamos llevado los focos; otras veces porque los flashes dejaban de funcionar; y otra porque el corte de la carretera de Luya nos impidió poder hacer fotos con tranquilidad.