Las concreciones.

Las concreciones son, sin lugar a dudas, la parte más vistosa y colorista del mundo subterráneo. El agua que circula por un terreno kárstico recoge gas carbónico de la atmósfera y de los distintos compuestos orgánicos que haya por el suelo. Se interna en las grietas de las rocas y accede al mundo subterráneo. Cuando alcanza galerías o salas donde el Anhídrido Carbónico (CO2 ) es tan bajo como en el exterior, que suele ser en lugares donde hay buena ventilación, libera parte de ese gas acumulado y entonces se produce la precipitación del Carbonato Cálcico (CO3Ca), que es el componente principal de las concreciones. Junto con él se pueden encontrar más de 100 variedades de minerales asociados a las cavernas.

La coloración de las concreciones depende de diversos factores como puede ser la presencia de materia orgánica en los precipitados, la acción de determinadas bacterias, algunos defectos en la red cristalina o la presencia de iones metálicos. La acción individual o conjunta de esos agentes permiten que minerales incoloros como la calcita o el aragonito adquieran maravillosas tonalidades (así el cobre tiñe de verde, el hierro de rojo, el cobalto y el manganeso azulan, etc.). Hablaremos de ello más adelante, pero para saber mucho más sobre los minerales, no os perdáis la guía interactiva que hay en

http://www.montes.upm.es/Dptos/DptoSilvopascicultura/Edafologia/guia/indice.html .

Las concreciones más conocidas son las estalactitas y las estalagmitas, pero no hemos de olvidar otras muchas formaciones que configuran el mundo subterráneo. Las hay que se forman por goteo, otras por escurrimiento del agua, otras por capilaridad, otras bajo el agua y otras por condensación. Veamos con detalle cada una de ellas:

Estalactitas: Son las más frecuentes en una cavidad. El agua, cuando llega hasta el techo de una galería por una grieta, debido a los cambios de presión y temperatura, pierde el CO2 y precipita el carbonato cálcico alrededor de la gota. Así va formando un pequeño y débil macarrón por cuyo interior sigue goteando el agua. Puede ocurrir, aunque no siempre es así, que además del agua que transcurre por el interior, caiga también por el exterior del tubo y entonces se forman las estalactitas. En la medida en que se produce la evaporación, el carbonato cálcico va conformando las paredes de la estalactita. Algunas veces podemos encontrar que la evaporación se produce por efecto de determinadas corrientes de aire, produciéndose entonces el curioso fenómeno de que la sal que arrastra el agua cristaliza antes por un lado que por otro, produciéndose unas curiosas curvaturas en las estalactitas. Esto ocurre, por ejemplo, en formaciones de yeso. Cuando el flujo de agua es lento y la evaporación intensa, se producen estalactitas finas y largas. Cuando por el contrario el crecimiento es lento, se originan estalactitas más gruesas y más cortas.

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Estalagmitas: Cuando la gota cae al suelo, empieza a formarse la estalagmita. Al caer la gota esta se fracciona y es más rápida la evaporación del agua y por tanto la precipitación de los materiales que transporta. Son más romas, y más anchas que las estalactitas. No tienen conductos internos y el diámetro dependerá, fundamentalmente del caudal del goteo.

Sima MA-11. Pincha aquí para ver más estalagmitas

Columnas: En muchas ocasiones, una estalactita se une con la correspondiente estalagmita. Entonces forman una columna. El goteo interno se interrumpe y será el agua que resbala por las paredes las que irán dando forma a las columnas

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Excéntricas: Son formaciones de una vistosidad increíble. Pueden ser antoditas o helictitas. Las antoditas de forman por flujo superficial. Se producen en zonas con corrientes de aire y la consiguiente evaporación. Cuando son de aragonito, nos en contramos con antoditas muy frágiles y racimos muy fibrosos. Cuando son de calcita tienen aspecto de ramas y presentan mayor consistencia. Las helictitas necesitan un canal central que aporte agua para su crecimiento. Crecen en cualquier dirección y su formación concurren múltiples factores como giros de los ejes de cristalización, aparición de poros laterales, concentración de impurezas por evaporación del agua, corrientes de aire...

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Banderas: Al recorrer las paredes inclinadas o los extraplomos, el agua va erosionando y diluyendo la roca dando lugar a formaciones con aspecto de pliegues en la ropa, que reciben el nombre de cortinas o banderas. Al mirarlas al contraluz pueden verse las estrías de su crecimiento, con tintes de diferente tonalidad. Cuando se tocan, producen extraños y melodiosos sonidos.

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Coladas: Cuando el agua resbala por una superficie inclinada o vertical pierde CO2 fácilmente. Presentan muchas formas y colores y a veces alcanzan varios metros de espesor.

Gours: Son como pequeños recipientes de agua. En sí, los gours son los tabiques que la retienen. Necesitan de un curso activo y lento así como pequeñas irregularidades en el terreno. No pueden formarse cuando la inclinación del terreno sobrepasa los 30º de inclinación.

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Perlas o Pisolitos: Son como bolitas constituidas por capas concéntricas que han ido creciendo sobre un núcleo central de arena o similar. Se forman en pequeñas cubetas de agua sometidas a incesante goteo.

Pisolitos

Habría que hablar, por último, de otras formaciones como son los grandes cristales, las paredes de cuarzo, las geodas y algunos otros que no sabemos cómo llamar pero que puedes ver