Dónde hay cuevas

Saber lo que hemos visto en la introducción sobre los diferentes tipos de rocas nos ayudará mucho a ubicarnos adecuadamente a la hora de buscar una cavidad. Lo primero que tenemos que saber es que las simas y cuevas las vamos a encontrar en terrenos que sean calizos, yesíferos, conglomerados y lavíticos. De esta forma, sabremos que cuando la roca que abunda en un terreno es granito, como en la mayor parte de la sierra de Madrid, por ejemplo, o en la sierra de Gredos, es difícil encontrar una cavidad. Lo mismo nos ocurriría en zonas de Pizarras como la sierra pobre de Madrid. Sin embargo, en terrenos calizos como la Cordillera Cantábrica o el Cañón del Río Lobos, el Alto Tajo o zonas costeras como Mallorca, o el Levante, tendremos el terreno llenito de cavidades. Pasa lo mismo en lugares yesíferos, como Sorbas, en Almería, o en lugares de origen volcánicos como las Islas Canarias. Ahora lo que necesitamos es comprender cómo esas rocas han formado los suelos.

Suelos calizos.

Los suelos calizos se originaron fundamentalmente en el fondo marino, hace aproximadamente unos 570 millones de años con la aparición de los seres vivos en la era mesozoica, que como sabemos contiene tres periodos: Triásico (entre 240 y 208 millones de años), el Jurásico (entre 207 a 144 millones de años) y el Cretácico (de 143 a 66 millones de años). Ya hemos dicho que la caliza es de origen biogénico, es decir, que tiene su origen en los carbonatos povocados por la descomposición de los seres vivos. Todo ese material se fue depositando en los fondos marinos donde capa a capa se fue solidificando y fosilizando hasta constituir rocas calizas.

  A veces los pliegues, como en esta región del Atlas, tienen una inclinacion prácticamente vertical. Pulsar para agrandar  

Los movimientos de las placas continentales y los choques que se produjeron como consecuencia de ellos, hicieron que la corteza se plegara y que muchos de estos suelos emergieran fracturándose en su movimiento. Así, el terreno calizo que emergió presentaba dos tipos claros de fracturas. las que provienen del apilamiento de los estratos de sedimentos y otras perpendiculares a estas que llamamos grietas o diaclasas. A partir de estas condiciones del terreno, el efecto del agua irá haciendo el resto y poco a poco se irá formando la cavidad.

El agua de la lluvia, en terrenos con abundancia de vegetación, al mezclarse con el CO2 del ambiente hace que suba su nivel de acidez. Este agua ácida, al mezclarse con el humus del suelo, hace que el efecto de disolución de la caliza sea aún mayor. El agua tiende a buscar el lugar más bajo por el que pasar, y así terminará encontrando las grietas y las diaclasas. Poco a poco irá descomponiendo la roca en un proceso que llamamos erosión química. En el curso de esta descomposición, algunos minerales más resistentes no se disolveran en el agua, sino que serán arrastrados por ella. Al chocar sus partículas con la roca que encuentra en su camino, la va fragmentando, rompiendo y arrastrando en el proceso que conocemos como erosión mecánica.

De esta forma, irán apareciendo poco a poco pozos y galerías por las que el agua avanza hasta llegar a niveles impermeables de roca en lo que llamamos los estratos impermeables donde se forman colectores (cursos de agua activos) que terminan emergiendo a la superficie por algún manantial.

 

Suelos en yesos.

  Cristales de Yesos en la Cueva del Tesoro en Sorbas. Haz click para agrandar  

El proceso de los yesos es similar al de la caliza, aunque no es de origen biogénico, y ciertamente es mucho menos abundante. Como característica fundamental podríamos señalar su laminosidad que hace que se nos presente permanentemente en forma de grandes o pequeñas láminas de cristal. Los lugares con yesos se convirtieron bien pronto en minas de extracción encontrándose lugares donde la minería ha explotado estos yacimientos, como por ejemplo en Segóbriga, en la provincia de Cuenca.

Cabe destacar el hecho de la erosión que se produce en los yesos es más por disolución que por arrastre mecánico, dada la gran solubilidad de este material.

 

 

Los suelos volcánicos.

Obviamente los suelos volcánicos están formados por la lava que no son sino las expulsiones volcánicas que llegan al exterior de forma licuada debido a las altas temperaturas que soporta. La formación de cavidades en este tipo de suelo, para los que somos profanos en ellas, es un tanto difícil de explicar. Al bajar los ríos de lava desde la cima de los volcanes hasta el mar, los distintos materiales tardan también diferentes tiempos en enfriarse. Así, mientras en la superficie pueden solidificar antes, en el subsuelo puede seguir corriendo la lava, lo que deja galerías hechas por efecto de la licuación de materiales ígneos.

Acceso a cueva de lava. Haz click para agrandar

 

Suelos arcillosos y conglomerados.

Los suelos arcillos y conglomerados son fruto de la sedimentación. Los materiales, arcillas en un caso y rocas y arcilla en otros, son depositados de forma que se van compactando y estructurando laminalmente. La acción soluble del agua hace el resto. Va oradando los distintos estratos hasta que poco a poco va formando galerías. Estos suelos oradados son muy frágiles por lo que no generan cavidades abundantes, aunque, por otra parte, cuando lo hace, forman cavidades de una enorme belleza.

Cavidad abierta bajo arcillas en Extremadura. Haz click para agrandar Cavidad en conglomerados. Haz click para agrandar