El paisaje Kárstico.

Si ya sabemos que en zonas de calizas podemos encontrar cavidades, tendremos ahora que familiarizarnos con el paisaje donde estas se encuentran. Las características de nuestro medio implica que la mayor parte de las cavidades las vamos a encontrar en terreno calizo, y sobre él nos centraremos.

La rama de la geología que estudia las cavernas se denomina Karstología porque en un principio este nombre se utilizó para explicar las características morfológicas de una región que se llama Karst situada entre Eslovenia y Croacia. Desde entonces llamamos karst al paisaje calizo donde el agua se esconde rápidamente entre las grietas.

Una primera clasificación nos lleva a diferenciar varios paisajes kársticos:

  Karst de alta montaña. Haz click para agrandar  

.- Karst de Alta Montaña: Fruto de los choques de las capas tectónicas emergieron las cordilleras calizas. En nuestro país podemos encontrarlas en Pirineos, Cordillera Cantábrica, o en los Sistemas Bético y Penibético. Su característica principal es la altura a la que se encuentra, y por consiguiente, sus bajas temperaturas invernales. Normalmente pasan el invierno bajo una gruesa capa de nieve y hielo. Al caer el agua entre las rocas y congelarse, esta se va fracturando a favor de la creación de grietas y anchura de las diaclasas. Las abundantes precipitaciones hacen que estos pequeños huecos sufran el empuje de un caudal importante, por lo que la erosión mecánica será preponderante. Fruto de ello será que los pozos por donde baja el agua y las galerías por las que discurre tendrán las paredes lisas, pulimentadas y encontraremos pocas formaciones. Las corrientes de aires traerán al interior las bajas temperaturas y será posible encontrar incluso nieve y hielo a bastante profundidad.

  Sima de las Tainas de Matarrubia en el Cañón del Río Lobos. Haz click para agrandar  

.- Sistemas Kársticos a Media Altura: A bastante menos altitud podemos encontrar otras zonas calizas que emergerieron formando mesetas calizas. Ejemplos de ellos son el Alto Tajo o el Cañón del río Lobos. Si bien la temperatura es más suave que en la alta montaña, no quiere decir que sean lugares cálidos. Normalmente sufren también periodos de nieve y hielo. Pero a diferencia de los karst de Alta Montaña, la vegetación es mucho más abundante, por lo que podemos encontrar un mayor efecto de la erosión química. Esta es más lenta que la mecánica, y produce como efecto la profusión de formaciones calcáreas que llamamos espeleotemas y que veremos más adelante, como la estalactitas, estalagmitas y demás.

 

.- Sistemas Kársticos Tropicales: Si bien no tenemos lugares tropicales en nuestro país, no podemos dejar de mencionar estos espacios. Su característica fundamental son la profusión de vegetación y su alto grado de pluviosidad, por lo que la erosión química y mecánica van parejas no pudiéndose establecer ninguna preponderancia.

Sima de Tinta Cushpa en los Andes Peruanos. Haz click para agrandar

.- Sistemas Kársticos Costeros: Ubicados junto al mar, compaginan también la erosión mecánica y la química pudiendo llegar a presentar numerosas concreciones.

 

Las formas peculiares del paisaje kárstico.

Hay dos cosas esenciales que nos ayudan a reconocer un paisaje kárstico: presenta numerosas depresiones cerradas de distintos tamaños; y no presenta manantiales ni otros afloramientos superficiales de agua, ni siquiera en zonas muy lluviosas. En cuanto que cae el agua de la lluvia, esta se filtra por las grietas hasta llegar a grandes conductos que hacen posible que el agua sea drenada hasta el fondo de los valles, donde vuelve a emerger en forma de surgencias. Esto ocurre debido a que la roca caliza es bastante soluble. Además, deben ser los suficientemente puras como para no arrastrar otros materiales que colmaten las grietas por donde se filtra el agua; y por último, deben ser lo bastante sólidas como para que no se desplomen los techos.

Estas tres condiciones sólo se cumplen con los mármoles, la caliza y las dolomías. En los terrenos donde se dan estos tipos de roca, la superficie presenta formas peculiares que forman el paisaje kárstico, de la cuales las más importantes son:

Lapiaces: Son desiertos de piedra desnudos, agrietados, con canaladuras y cantos vivos producidos por la corrosión química provocada al contacto de la roca con el agua de lluvia, el hielo y la nieve.

Simas: Conductos verticales que en ocasiones pueden ser espectaculares por sus dimensiones. Se pueden formar por hundimiento de la bóveda de algún techo, disolución exagerada en el fondo de una dolina, o erosión y corrosión en sumideros activos.

Dolinas: Son depresiones circulares en el suelo provocadas por el hundimiento del terreno debido al colapso de una antigua cavidad o por infiltración de agua en algunos puntos concretos.

Uvalas: La coalescencia de varias dolinas resultan formas compuestas de planta alveolar llamadas uvalas.

Poljé: Es una extensa depresión cerrada, de fondo plano, de dimensiones kilométricas, dominada por vertientes escarpadas. La notable planitud del poljé se debe a la acumulación en el fondo de la arcilla de descalcificación. Dentro de un poljé encontramos formas cársticas menores: dolinas y lapiaces. También encontramos grandes cerros residuales, de pendientes acusadas, llamados hums (o cuetos). La existencia de poljés está relacionada con los grandes accidentes tectónicos y la organización de la red hidrográfica. Los poljés, por sus propias dimensiones, necesitan organizar la escorrentía. Al ser una depresión cerrada la evacuación del agua se realiza a través de pozos llamados ponors o sumideros. El ponor comunica el poljé con el exterior, a través de una red subterránea. Dependiendo de la capacidad del ponor, y el aporte de agua, los poljés pueden inundarse, formando lagos temporales, lo que favorece la existencia de un fondo plano.

Poltje del Pajonal Lajasbamba en los Andes Peruanos. Haz click para agrandar